lunes, 12 de noviembre de 2012

tarea 1° Legalidad - En el país de las buenas personas…



Posted on mayo 10, 2012 by admin


Dice la monotonía del agua clara al caer:
un día es como otro día; hoy es lo mismo que ayer.
Hastío, Antonio Machado

¡En el país son más las personas buenas que las malas! Esta afirmación que encierra una verdad estadística que es de una hiriente obviedad—difícilmente una sociedad podría subsistir si las normas internas de ésta fueran contravenidas por la mayoría de la población– se ha convertido en el mantra en el cual descansan muchas de las expectativas a futuro; aunque cabe preguntarse si éstas se cumplirán únicamente cuando ya no haya personas malas. Sin embargo, a diferencia del poder de transformación que le confieren los budistas a los mantras, el repetir esta frase no hará que cambie la realidad en que actualmente estamos imbuidos.

Ante este panorama hablar sobre la Cultura de la Legalidad parecería incluso ocioso. No solamente por la contradictoria idea de legalidad que hay en gran parte de la sociedad mexicana; no es que no se sepa qué es la legalidad y se nieguen a seguirla sino que existe la noción de que nada se obtiene de ello[1], por lo que no hay muchos incentivos para hacerlo.
 

También existe la sensación de que los cambios que son necesarios deben de venir de las altas esferas y que la injerencia de los ciudadanos comunes es limitada sino es que nula. Quizá esto último sea lo que hace que se invalide la idea de que aun siendo más los buenos que los malos se generará un cambio automático, ya que si de antemano aceptamos, de manera implícita, que el ciudadano de a pie—que trabaja ocho o más horas al día, tiene entre uno y cuatro salarios mínimos, si es que tiene empleo, y no influye un ápice en la política, a no ser por su voto cada que hay elecciones— es incapaz de generar cambios no importa el número de buenos que haya.

Dichas características empatan con la mayoría de las personas así que la pregunta que persiste es: ¿estamos condenados a la inmovilidad y a que nada cambie? Esta parece ser la maldición que pesa sobre México. En una famosa visita de André Breton al país, lo calificó de surrealista y aunque esto se ha prestado a diversas interpretaciones sobre a qué se refería, analizando algunos de los factores que ya se mencionaron fácilmente se le podría conceder la razón.

Tal paisaje es el que le brinda sentido a la Cultura de la Legalidad. Pues mientras los ciudadanos sigan pensando que la legalidad es buena sólo en teoría, pero innecesaria en la práctica, no habrá ningún cambio; estaremos atrapados en perpetuo ciclo de acciones que reproducen no a los malos sino a personas buenas que no se inconforman y únicamente se indignan ante actos corruptos sin hacer nada al respecto ni reflexionar ante sus propias acciones. Así, siguiendo esta dicotomía simplista y acotada de una sociedad de buenos y malos se puede recordar a Burke y espetar: “lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada”. Por lo tanto, lo que más se necesita es que cada persona actúe con una coherencia interna entre lo que se cree y se hace. No basta con indignarse ante los actos ilegales o que atentan contra las normas de buena convivencia sino denunciarlos o señalarlos cuando se les vea, así se pasará de una pasividad lacerante a un cambio que se inicia de a poco, en nuestra esfera de influencia, no importa lo pequeña que esta sea, porque cabe recordar que todo viaje inicia con el primer paso.

Jorge V. Mosqueira

Departamento de Investigación
Publicación de México Unido Contra la Delincuencia, A.C.
[1]En el 2011 un estudio sobre los valores en el mexicano, realizado por el Centro de Investigación para el Desarrollo, A.C. (CIDAC) y el Instituto de Cambio Cultural de la Universidad de Tufts, mostró cuán contradictorios podemos ser los mexicanos, ya que sabemos muy bien qué es incorrecto pero aun así tendemos a ignorar estos hechos ante los casi nulos beneficios que parece ofrecer seguir las normas y leyes.

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