miércoles, 14 de noviembre de 2012

A Mover las Neuronas - Filosofía Zen

 
 
El zen es una escuela del budismo mahāyāna. La palabra zen es la pronunciación en japonés de la palabra china chan (禪), que a su vez deriva de la palabra sánscrita dhiana, que significa ‘meditación’. Cabe destacar que el maestro japonés Daisetsu Teitaro Suzuki iguala el dhiana con el zazen (en chino 坐禅 zuòchán, ‘meditación sentado’).
 
 
Apartándose del conocimiento teórico o intelectual, el zen busca la experiencia de la sabiduría más allá del discurso racional. Las enseñanzas de zen incluyen varias fuentes del pensamiento majaiana, incluyendo la literatura Pragñá-paramitá como el Pragñá-paramitá-sutra y las enseñanzas de Yogacara y de la escuela tatha-gata-garbha.
 
 El zen emergió desde distintas escuelas de budismo y fue registrado primero en China en el siglo VII, luego se dispersó hacia el sur a Vietnam y al este a Corea y Japón. Tradicionalmente se da el crédito de traer el zen a China a Bodhidharma, un príncipe convertido en monje proveniente de la Dinastía pallava (de India del Sur), que llegó a China para enseñar una «transmisión especial fuera de las escrituras, no encontrada en palabra o letras».
El zen es una de las escuelas del budismo más conocidas y apreciadas en Occidente. Con el popular nombre japonés zen suele aludirse en realidad a un abanico muy amplio de escuelas y prácticas de este tipo de budismo en toda Asia.
 
 
Como toda escuela budista, el zen tiene su raíz en la India, aunque sólo en China adquiere su forma definitiva. La palabra zen es la lectura en japonés del carácter chino chán (禪), que a su vez es una transcripción del término sánscrito ध्यान dhyāna, traducido normalmente como "meditación". La influencia de esta escuela llegó hasta Corea, en donde se llama son, y también hasta Vietnam, en donde se conoce como thiền. Nótese que los nombres antes mencionados (a excepción del sánscrito) son distintas pronunciaciones del mismo ideograma chino.
 
 
En los sutras del budismo mahayana se recomienda el cultivo del dhyana como la vía preferente para conseguir el nirvana. En su versión india, se observaba una progresión en distintos estados de la meditación o jhanas que se suceden en un cultivo gradual. El Chan chino le aporta como novedad la idea de un acceso directo y espontáneo al estado último y superior de todos ellos - aquel que precede inmediatamente a la experiencia del nirvana - sin necesidad de experimentar los anteriores, mediante vías de acceso espontáneas. El Chan es por antonomasia la tradición budista de la intuición y la espontaneidad.
 
 

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