Sentí como pasaba las horas, o solo fue mi imaginación, o no sé como sabía que pasó demasiado tiempo, pero lo sentía, en mi interior. Seguía luchando contra ese sentimiento oscuro que invadía mi mente y que muy pronto, llegaría a mi corazón. <<Tengo que pararlo>> pensaba, o solo me lo decía, ya que cualquier cosa que pensara se volvería oscura, me di cuenta de eso después de tantos pensamientos positivos convertidos en un color blanco y negro.
En cada parte del laberinto encontraba una sombra o una especie de símbolo que se movía, hubo ocasiones que lo alcanzaba a ver completo y lo perseguía pero no era suficiente, salía corriendo a toda velocidad, o hasta volando. Todavía no me acostumbro a este sentimiento tan vacio, tan al estilo blanco y negro.
<<¿Qué sucede? ¿Qué es este sonido que se me hace tan familiar?>> Tardé un poco en reconocerlo pero supe que era la alarma de mi reloj. Sentía una felicidad, pero una felicidad muy rara, como si estuviera corrompida por el laberinto. Nunca imaginé que existirá una “Felicidad oscura” hasta que la sentí, pero sabía que despertaría, que saldría de esta horrible pesadilla y continuaría con mi vida, que este sueño solo me atormentaría en las noches y sé, que podré lidiar con ello.
Me imaginé tantas veces despertando, pero… no pasaba lo que pensaba. Lo soñé, lo imaginé, lo lloré tantas veces, sin embargo seguía dormida, o por lo menos eso sentía. Me lamente mil veces por ser tan holgazana y siempre pedir esos “5 minutos más”. Pero fui paciente y sentí como despertaba, pero no desperté del todo, cuando desperté fue más o menos como esto: “Desperté”, sentí como mi cuerpo se movía, el laberinto se aclaró un poco, pero seguía siendo el mismo, apareció en el cielo lo que veía por fuera, seguía preguntándome porque no había salido de ahí, se supone que solo era una pesadilla.
De repente suena una voz en mi cabeza, era la voz de Zache, al parecer el estaba de muy buen humor, o al menos es parecía porque tenía una cara horrible, de alguna manera sentí que él no era mi hermano, estaba muy desordenado. Intenté contestarle con la misma alegría, pero por más que gritaba las palabras no decía nada. <<Algo está mal, muy mal, ese no es Zache, lo primero que pensé fue en mis padres. Me llegaron varios recuerdos de ellos, pero… distorsionados. Apareció un recuerdo donde mi mamá se marcha de la casa y yo estoy llorando por ella desde la ventana, mi papá solo se quedó parado en la puerta aguantándose las lagrimas mientras que mi hermano me abraza mientras vemos a nuestra madre irse, dejándonos a nosotros atrás… olvidando todo lo que tiene que ver con nosotros.
Lloro en el momento en que veo el recuerdo, sé que no era así, yo lo sé, lo… sé. Todo es culpa de este laberinto o de esta horrible pesadilla, tengo que pararla, no importa cuánto me cueste trabajo, no puedo continuar con una vida que no es mía, lo primero que hago es buscar los recuerdos del domingo, sé que todos mis recuerdos han sido corrompidos con dolor, tristeza y llantos, muchos llantos. Pero aun recuerdo cosas que se que SI pasaron, están guardadas en mi corazón y tengo que evitar que este virus, pesadilla o lo que sea.
Recordé algo…
Recordé…
A Klaus…
De alguna manera me estremezco y me lleno de miedo al recordar su nombre.
Por Mariana Badillo.
Me imaginé tantas veces despertando, pero… no pasaba lo que pensaba. Lo soñé, lo imaginé, lo lloré tantas veces, sin embargo seguía dormida, o por lo menos eso sentía. Me lamente mil veces por ser tan holgazana y siempre pedir esos “5 minutos más”. Pero fui paciente y sentí como despertaba, pero no desperté del todo, cuando desperté fue más o menos como esto: “Desperté”, sentí como mi cuerpo se movía, el laberinto se aclaró un poco, pero seguía siendo el mismo, apareció en el cielo lo que veía por fuera, seguía preguntándome porque no había salido de ahí, se supone que solo era una pesadilla.
De repente suena una voz en mi cabeza, era la voz de Zache, al parecer el estaba de muy buen humor, o al menos es parecía porque tenía una cara horrible, de alguna manera sentí que él no era mi hermano, estaba muy desordenado. Intenté contestarle con la misma alegría, pero por más que gritaba las palabras no decía nada. <<Algo está mal, muy mal, ese no es Zache, lo primero que pensé fue en mis padres. Me llegaron varios recuerdos de ellos, pero… distorsionados. Apareció un recuerdo donde mi mamá se marcha de la casa y yo estoy llorando por ella desde la ventana, mi papá solo se quedó parado en la puerta aguantándose las lagrimas mientras que mi hermano me abraza mientras vemos a nuestra madre irse, dejándonos a nosotros atrás… olvidando todo lo que tiene que ver con nosotros.
Lloro en el momento en que veo el recuerdo, sé que no era así, yo lo sé, lo… sé. Todo es culpa de este laberinto o de esta horrible pesadilla, tengo que pararla, no importa cuánto me cueste trabajo, no puedo continuar con una vida que no es mía, lo primero que hago es buscar los recuerdos del domingo, sé que todos mis recuerdos han sido corrompidos con dolor, tristeza y llantos, muchos llantos. Pero aun recuerdo cosas que se que SI pasaron, están guardadas en mi corazón y tengo que evitar que este virus, pesadilla o lo que sea.
Recordé algo…
Recordé…
A Klaus…
De alguna manera me estremezco y me lleno de miedo al recordar su nombre.
Por Mariana Badillo.
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