El 12 de noviembre de 1853 el gobierno mexicano encabezado por el presidente Antonio López de Santa Anna convocó a un concurso para escribir la letra de un «Himno a la Patria». La convocatoria ofrecía un premio «a la mejor composición poética que pueda servir de letra a un canto verdaderamente patriótico». Se fijó un plazo de veinte días para presentar el trabajo. Francisco González Bocanegra, un talentoso poeta, no estaba interesado en participar en el concurso. Razonaba que escribir poemas para la mujer amada era una cosa muy diferente a escribir la letra del himno de una nación. Sin embargo, su prometida Guadalupe González del Pino, sin desanimarse por la continua falta de interés de Francisco a pesar de la constante insistencia de ella y sus amigos para participar, decidió tomar cartas en el asunto. Usando un pretexto, guió a Francisco a un cuarto aislado en su casa, lo encerró, y no le permitió salir hasta que entregara una composición para el concurso. Dentro de la habitación en la que fue temporalmente encarcelado se encontraban diversos eventos de la historia de México que lo ayudaron a inspirarse para su trabajo. Después de cuatro horas de forzada, pero abundante inspiración, Francisco fue capaz de obtener su libertad a cambio de diez estrofas que le pasó por debajo de la puerta a su captora. Estrofas que posteriormente ganaron la competencia. González fue anunciado el ganador en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el 3 de febrero de 1854.
Autor de la música del Himno Nacional Mexicano, Jaime Nunó nació en San Juan de las Abadesas, en el Pirineo catalán, provincia de Gerona, España, el 8 de septiembre de 1824, siendo hijo de don Francisco Nunó y doña Magdalena Roca.
Jaime Nunó fue una víctima de su creación más famosa: el Himno Nacional Mexicano. A lo largo de su vida, Nunó fue un compositor prolífico que compuso cerca de 600 obras, cuya relevancia y calidad han quedado ensombrecidas por el himno que compuso en 1854. De sus arias, misas, lieds, corales, piezas para piano o composiciones para orquesta, entre otras, sólo se conservan algunas referencias y pocos manuscritos, reduciéndose así las obras existentes a una veintena.
Nunó era líder de varias bandas militares mexicanas (denominadas bandas de guerra). Había sido invitado a dirigir estas bandas por el presidente Santa Anna, a quien había conocido en Cuba. De las pocas composiciones musicales presentadas, la música de Jaime Nunó Roca, titulada «Dios y Libertad», fue elegida como la ganadora el 12 de agosto de 1854. El himno fue aceptado el día de la independencia del mismo año. La interpretación inaugural fue dirigida por Giovanni Bottesini, cantado por Claudia Florenti y Lorenzo Salvi, en el Teatro Santa Anna.
Si el Himno Nacional Mexicano es inmortal se debe a que los mexicanos han
derramado su sangre a sus acordes en los campos de batalla y hoy, en medio
de la paz bendita, es el símbolo de la unificación mexicana.
Jaime Nunó, 1901
derramado su sangre a sus acordes en los campos de batalla y hoy, en medio
de la paz bendita, es el símbolo de la unificación mexicana.
Jaime Nunó, 1901
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