Klaus…
Es un hermoso nombre que lleva consigo una misteriosa
historia en la cual mi hermano & yo tenemos mucho que ver, la cual aun no
puedo recordar, pero sigo teniendo esa sensación de que ya nos habíamos
conocido anteriormente y que… ese chico tiene una vida muy misteriosa.
Me tiro en la cama después de pensar y pensar en el nombre de
aquel chico, sin duda alguna quiero descubrir cuál es el significado de su
nombre o el porqué se me hace tan familiar. De tanto pensar en todo esto me
quedo dormida en mi cama, antes de cerrar totalmente los ojos veo como Klaus me
tapa con la sabana, pero yo no lo distingo y empiezo a soñar tranquila.
Aunque ni tan tranquilo y bonito estaba mi sueño, es un sueño
que había tenido algunos años atrás pero no se había presentado hasta el día de
hoy.
En el sueño estoy cayendo, cayendo a algún agujero oscuro en
la Tierra. Cuando termino de caer y encuentro el frio, helado el pasto sin vida
de colores opacos. Enfrente de mí hay un bosque también de verdes opacos y sin
vida, me da curiosidad y entro, pero no m doy cuenta que ese no es un bosque
cualquiera, es un bosque donde se oculta mi pasado en cada pasillo de ese
bosque laberinto, pero la curiosidad me hace entrar a un mundo lleno de
oscuridad. En cada pasaje del laberinto escucho voces, algunas riendo, otras
llorando o hasta gritando, trato de ignorarlas pues quiero ver el final de este
bosque oscuro, aunque en la mayoría de los caminos que escojo me lleven a un
camino sin salida, donde me muestra situaciones en las que yo no puedo salir.
Mi mente me dice que todo esto es falso, que nada de esto me pasó años atrás,
que sigue siendo un producto de mi imaginación. Mi mente me dice que este
bosque, soy yo.
Trato de no creerle, las voces me siguen y me dicen “No huyas
de ti misma, no huyas del bosque”, me tapo los oídos aunque las sigo escuchando
en mi mente, me detengo un instante en ese laberinto lleno de trampas y
engaños. Lo primero que hago es tratar de recordar mi vida completa, mi vida
que pasé feliz con mis amigos y mi hermano, aunque mi familia no estuvo muy
presente en mi vida, se que siempre podre contar con mi hermano. Pero por más
que intento recordar un momento feliz, este se vuelve gris y lleno de miedo,
sigo sintiendo que eso en verdad no me sucedió, pero al seguir tratando de
pensar en momentos felices, no me estaba dando cuenta que estos se estaban
acabando, me di cuenta de esto cuando solo me quedaba uno, así que casi me
trago esta vida de fantasía donde no hay vida, no hay un arcoíris.
Una vida de mentira a la cual, empezaba a sentir muy real con
cualquier color, voz, recuerdo manipulado por este oscuro bosque, de inmediato
supe que tenía que salir de ahí sin importar lo que pasara. No quería perder el
único recuerdo muy especial para mí en mi vida en este bosque.
Pero por más que buscaba la salida, me encontraba con otro
pasadizo de mi vida.
Mariana Badillo
Ya te extrañaba...
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