El rol de la familia en la promoción de la Cultura de la Legalidad
Junio de 2012
Para muchas personas puede parecer obvio que en la familia se nos enseñan las “buenas formas”, se nos dice “lo que se debe y no se debe de hacer” y por lo tanto se reconoce como nuestra principal esfera de socialización, ya que en ella aprendemos las formas básicas de convivencia.
A este respecto una pregunta pertinente es, ¿Cada integrante sabrá que está “socializando” con cada una de las personas que conforman su familia? En este sentido, algo que parece casi “natural”, en realidad implica un proceso reflexivo importante, que nos permita ser conscientes de nuestro actuar cotidiano y cómo este impacta a otras personas en nuestra familia y los espacios en los que convivimos.
La familia se ha transformado, los roles de sus integrantes se han redefinido y en algunos casos la participación de los padres en actividades escolares ha ido en aumento. Esto lo pudimos constatar en nuestro taller dirigido a padres y madres de familia, el cual se denomina “La familia y la escuela: espacios idóneos para la formación y participación de los(as) jóvenes en la Cultura de la Legalidad”. En los cuales hemos tenido una participación de casi un 30% de hombres, contra un 70% de mujeres, si bien, los padres siguen siendo minoría, lo importante aquí es que la participación de ambos es activa, es decir, tanto mamá como papá tienen algo o mucho que decir.
Podemos hablar de las complejidades a las que se enfrentan los padres y madres de familia: la economía, la educación, la salud, la alimentación, etc., y qué se tiene que hacer para cubrir cada rubro. Sin embargo, es indispensable poder identificar y definir qué estructuras sociales dan soporte a cada una de las personas que forman parte del entorno y principalmente a los niños y niñas, quienes, de acuerdo con la UNICEF, son todos aquellos seres humanos menores de 18 años, que adoptan las formas de convivencia a partir de dos contextos: el familiar y el escolar.
En este momento podemos hacer un alto y pensar en cómo fueron los contextos de los adultos que toman decisiones importantes para el país, o bien de las personas con las que convivimos de manera cotidiana. ¿Será que los contextos de su niñez influyeron para que en el presente se muestren cordiales, respeten nuestros derechos, trabajen por el bien común o sean indiferentes ante lo que le pasa al otro?
El anterior es un punto importante de convergencia entre lo que aprendimos para convivir y nuestra postura con respecto al respeto de las normas. Esta vinculación es la que llevamos a cabo con los padres y madres que participan en nuestros talleres, al finalizar el curso pedimos que puedan realizar compromisos y acciones que llevarán a cabo en su familia para promover la Cultura de la Legalidad y en general, de un total de 632 padres capacitados en 2011, en 7 entidades federativas, se han comprometido a:
Conocer y difundir el reglamento escolar, 25%.
Evitar comprar piratería, 13%.
Ser mejores ciudadanos y fomentar la Cultura de la Legalidad, 12.40%.
Dialogar y negociar las reglas del hogar con sus hijos, 8%.
Como podemos observar, los compromisos implican acciones individuales y compartidas. Para conocer el reglamento escolar los padres y madres deben de acercarse a la escuela y la actividad es compartida; para no comprar piratería y ser un mejor ciudadano, se debe reflexionar sobre lo que hemos hecho con el propósito de cambiar, porque se reconoce que ello implica un beneficio personal y compartido; y por último, al reestructurar las formas en que se establecen las reglas en casa, necesariamente deben participar todos los integrantes de la familia.
Además, cada uno de los compromisos establecidos forman parte del “área de control” de las personas, son factibles en el corto plazo y se identifican como acciones específicas que abonan a la puesta en práctica de la Cultura de la Legalidad.
Hasta el momento, hemos realizado un seguimiento puntual de los compromisos con la mayoría de las personas que participaron en los talleres y podemos decir, con mucho gusto, que si se están realizando acciones para cumplir con los compromisos y de a poco las familias colaboran para vivir en un país seguro, legal y justo.
Erika Aguirre
Área Educativa- Cultura de la Legalidad
Publicación de México Unido Contra la Delincuencia A.C.
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