miércoles, 18 de mayo de 2011

Y… ¿Quién no tiene ganas de dormir??

La noche es el período del día en que cuerpo y mente se regeneran. Por eso, al sueño hay que dedicarle el tiempo necesario. Irritabilidad, falta de concentración, de memoria e incluso depresión son algunas de las consecuencias de no hacerlo.

Por la noche, la actividad cerebral se hace muy intensa. El sueño tiene dos fases; la r.e.m., durante la cual se produce toda actividad onírica, y la no rem. Dentro de ésta hay cuatro fases que van de menos a más profundidad de sueño. Al dormir pasamos progresivamente de la fase uno a la cuatro, para luego volver a la dos e ir a la fase rem en ciclos de sueño que duran entre 90 y 120 minutos. Estos ciclos se van repitiendo durante toda la noche, pero a medida que avanza el tiempo se alarga la fase rem y se acorta el sueño profundo. Por eso, es menos probable que nos despertemos en una fase tres o cuatro. De hacerlo, es cuando tenemos la sensación de estar tan profundamente dormidos que reaccionar con rapidez se nos antoja imposible.

Cada fase del sueño está relacionada con un mecanismo de recuperación. Así, durante las fases tres y cuatro se produce la restauración física, y la rem se ocupa de la función cognitiva (procesos de aprendizaje, memoria y concentración). Es decir, durante esta fase consolidamos lo aprendido durante el día.

Cada persona es un mundo con unas necesidades distintas. Por eso, es vital conocer tu cuerpo y tus necesidades para entender qué necesitas y con cuántas horas tienes suficiente para recuperarte.

Las consecuencias de dormir poco y mal son instantáneas. Una persona que duerme mal el lunes, se encontrará mal el martes, así de sencillo. Es decir, una persona que duerma poco de lunes a viernes no recuperará la falta de sueño el fin de semana. El sueño perdido no se recupera, o como máximo sólo en un 20-30 por ciento. Evidentemente, no es lo mismo si hablamos de dormir mal durante un par de días que de dos semanas.

Las principales disfunciones del sueño son las hipersomnias o dificultad para mantener una vigilia de calidad, las parasomnias, donde se englobarían trastornos como el sonambulismo o los terrores nocturnos, y el insomnio.

COMPORTAMIENTOS QUE HAY QUE EVITAR

» ACOSTARSE antes de tener sueño
» Dormir LA SIESTA si se hace en la cama y resulta muy larga
» Tomar una cena copiosa acompañada de alcohol o NO CENAR nada. El ayuno no invita al sueño
» Calentarse el cuerpo mediante la práctica de un deporte con el pretexto de cansarse o darse un baño caliente, ya que el sueño sólo se establece cuando BAJA LA TEMPERATURA corporal.
» Tomar MEDICAMENTOS para dormir sin prescripción médica. Se desaconseja tomar de forma regular los que se venden libremente en la farmacia.
» Jugar con EL SUEÑO o creer que nos lo podemos saltar.


COMPORTAMIENTOS QUE HAY QUE ADOPTAR


» Llevar un ritmo de VIDA REGULAR, levantarnos siempre a la misma hora aunque hayamos trasnochado la noche anterior.
» Comer a HORAS REGULARES
» Permanecer ACTIVO, sobre todo cuando se pasa de la vida activa a la jubilación
» No consumir BEBIDAS ESTIMULANTES
» RESPETAR los HÁBITOS a la hora de irse a la cama según el propio gusto, desde la relajación por medio de una tisana al sexo
» Aprovechar EL SOL y LA LUZ DEL DÍA y dejar para la noche el sueño. Algunos expertos recomiendan acompasar el despertar con el amanecer, con la llegada de la luz del día. Un despertar tranquilo.
» Por último, y no por ello menos importante, ACEPTAR sin grandes dramas la idea de que una MALA NOCHE la puede tener cualquiera.

Por Deyanira Casandra Hernández 1°C

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