Un Diario Muy
Perdido Cap. 4.0
Tocaron la campana para salir y me fui a mi casa con la
pregunta todavía en mi mente. Mañana preguntare sobe ello espero descubrir que
paso.
Agosto, 23
Toda la noche no pude dormir, solo pensaba en aquel
muñeco tipo vudú, además de las palabras “eres tú” de ese tal Axel. Cada vez
que lo recordaba sentía escalofríos y me era imposible dormir. Cuando empezaba
a quedarme dormida sonó el despertador, decidí apagarlo ya que no había
descansado en toda la noche. Dormí un poco y al despertarme eran las 7:30. Me
levante de mi cama como si no hubiera un mañana y en unos cuantos segundos ya
me había puesto el uniforme, ya me había peinado, arreglado y comido un pan
tostado con un poco de leche. Salí corriendo de mi casa y apenas llegue a
entrar a la escuela. Cuando llegue a mi salón toda atolondrada, mis compañeros
se rieron y el profesor se mostró un poco molesto pero me dejo tomar su clase.
Después de tan apresurada mañana las clases siguieron totalmente normales.
En recreo decidí observar de nuevo a Axel, claro que
desde una distancia prudente. El seguía cociendo su peculiar muñequito, al
parecer no lo termino ayer. En eso, pasó un chico a lado de mí que estaba
escuchando música a tan alto volumen que se oía hasta el otro lado del patio.
Cuando lo mire bien era Sebastián aquel chico que me gustaba mucho. Al parecer
no me había notado. De repente observe como una chica iba corriendo hacia el
mientras lo llamaba. Ella empezó a platicar con él y yo solo veía como
compartían risas y sonrisas. Aquello me molesto así que decidí que no iba a
permitir que nadie más que yo tuviera una plática así con él.
Cuando estaba caminando hacia ella para ponerla en su
lugar aparecí en la última clase, la de matemáticas. Traté de busca a la chica
pero no estaba en la clase. Me di cuenta que me dolía un poco la mano, en la
parte de los nudillos. La revise y estaban rojos. Me pregunte qué había pasado
con la chica y mis nudillos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario