Una de las formas para clarificar las directrices para el comportamiento profesional es la elaboración de un código ético o deontológico, entendido éste como reglas de conducta, que debe tener criterios mínimos exigibles al trabajador en su desempeño profesional, regulado por preceptos, valores, principios y normas morales que guíen su conducta y le indiquen la forma de enfrentar los problemas o dilemas éticos en la práctica de su trabajo.
Es importante entender que la responsabilidad ética se deriva de todas las relaciones humanas: personal y familiar, social y profesional, mientras que la ética profesional se juzga en términos de una revisión de las normas éticas específicas de la profesión.
Es necesario recordar siempre que la finalidad primordial de un código de ética no es la de mejorar los ingresos económicos de quien lo practique, sino la de guiar el comportamiento ético y respetar la dignidad de cada persona.
Aunque existe uno por profesión, estas son las aplicables universalmente...
1. Actuar de manera honesta y responsable.
2. No divulgar la información confidencial.
3. No discriminar a los compañeros o a los clientes.
4. No aceptar sobornos.
5. Esforzarse continuamente por aumentar sus conocimientos profesionales y aptitudes y aplicarlas en la práctica.
6. Contribuir a la base de conocimientos de la profesión.
Es necesario recordar siempre que la finalidad primordial de un código de ética no es la de mejorar los ingresos económicos de quien lo practique, sino la de guiar el comportamiento ético y respetar la dignidad de cada persona.
Aunque existe uno por profesión, estas son las aplicables universalmente...
1. Actuar de manera honesta y responsable.
2. No divulgar la información confidencial.
3. No discriminar a los compañeros o a los clientes.
4. No aceptar sobornos.
5. Esforzarse continuamente por aumentar sus conocimientos profesionales y aptitudes y aplicarlas en la práctica.
6. Contribuir a la base de conocimientos de la profesión.
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