lunes, 3 de octubre de 2011

Diversidad Sexual - Por un Mundo Alternativo e Incluyente

No existen reglas ni normas absolutas que condicionen las expresiones sexuales. La legitimidad en esta esfera tiene mucho que ver con los patrones de comportamiento asumidos. Calificar como bueno o malo determinado comportamiento estaría en función de lo que cada sociedad asume como adecuado o natural. Las normas en cuanto al comportamiento humano están sometidas a los cambios del contexto, por lo que las sociedades varían sus normas de acuerdo con su evolución histórica.
La diversidad no solo abarca las expresiones sexuales, dentro de ellas se focaliza lo relacionado con la orientación sexual, asociada a la dirección erótica de cada persona, es decir, hacia la atracción en cuanto al sexo y, considera la identidad sexual como otra de sus dimensiones.

La orientación ha sido objeto de polémicos análisis. Esta se manifiesta en tres direcciones: la HETEROSEXUAL que responde a la atracción de un sexo por el otro (del hombre hacia la mujer y viceversa), la HOMOSEXUAL que ubica a las personas que se sienten atraídas sexualmente por otras personas del mismo sexo (del hombre hacia otro hombre, o de la mujer hacia otra mujer), y la BISEXUAL, que identifica a aquellos cuya atracción sexual se inclina tanto hacia el hombre como hacia la mujer.
Existen muchos análisis sobre este asunto, lo cierto es que los científicos aún no tienen un acuerdo sobre la naturaleza y origen de estos comportamientos. Se conoce la homosexualidad o la bisexualidad que no son una enfermedad y por tanto no hay nada que curar. Sin embargo, en términos de aceptación o rechazo social, en relación con la homosexualidad y la bisexualidad, existen diferentes actitudes de acuerdo al grado de homofobia que exista en la comunidad de que se trate.
 El respeto a la diferencia es un principio humanista, que no es asumido por todas las personas en el mundo, es un asunto de reciente discusión. No obstante, las sociedades necesitan avanzar hacia la comprensión de que la aceptación de la diversidad favorece la integración de los pueblos y sobre todo el acercamiento de los individuos que por sus singularidades resultan minorías.

Los homosexuales y las lesbianas así como los bisexuales, constituyen una minoría frecuentemente cuestionada, son incomprendidos por su preferencia sexual, suelen ser estigmatizados como personas de «dudosa moral», al valorarlos se les asocia por lo general, sin malas intenciones, a personas sin ética, sin vergüenza, sin escrúpulo, antisociales, débiles de carácter.
En contraste con estos criterios prejuiciados, se puede afirmar que no se ha corroborado hasta el momento ninguna de las afirmaciones que asocian la homosexualidad con cualidades negativas y poco apreciadas por las sociedades en general.
La orientación sexual no tiene necesariamente una relación directa con la conducta moral de los individuos. Existen múltiples ejemplos de personalidades destacadas por su quehacer cotidiano, bien sea por su cultura, por su obra literaria o plástica, porque son excelentes profesionales de la medicina o cualquier otra profesión y muchos suelen ser excelentes personas. Solo cabría llamar la atención por los que siendo heterosexuales, que son mayoría, tienen un comportamiento social denigrante y nada tiene que ver con una preferencia sexual diferente.
No tiene justificación la discriminación sexual, sigue solo un camino donde se desvirtúa la naturaleza misma del ser humano. Marginar solo por preferir sexualmente a alguien del mismo sexo, lo cual no daña a nadie y sí proporciona placer y equilibrio emocional a quienes así lo prefieren, no favorece a ninguna sociedad, ni ejerce presión alguna para un intento de cambio en este sentido.

La oportunidad de hombres y mujeres independientemente de su orientación sexual, de participar sin discriminación alguna en los cambios sociales, en la construcción de una sociedad mejor, exenta de miradas cuestionadoras, facilitaría un ambiente social más saludable. La juventud constituye un sector que promueve nuevos valores, acepta el reto de lo nuevo, están en mejores condiciones de promover la tolerancia y el respeto a lo diferente.
Finalmente la identidad sexual es otra dimensión de la diversidad en esta esfera, aquí se agrupan los travestis que son las personas que sienten un deseo especial y permanente por vestirse con prendas del otro sexo y los transexuales que son los que no se sienten identificados con su sexo biológico y que desean ser reconocidos como representantes del otro sexo, es decir, son incoherentes respecto a su sexo biológico y psicológico.
Sobre estas personas también recae cierto rechazo social, por las mismas razones de intolerancia hacia los homosexuales. En este tema hay mucho que esclarecer y debatir. Buscar información al respecto ayudaría a encontrar el camino más adecuado para que todos y todas sientan que están incluidos en la sociedad a la cual pertenecen, y que en ella pueden crear y aportar todo lo que produzca bienestar a los demás y hacer posible un mundo mejor.

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