Dado el gran mosaico de culturas y de razas, puede decirse que los brasileños son gente con buen sentido del humor, alegres, cordiales, gentiles y hospitalarios. La sensualidad, la sensibilidad y la intuición son otros de los rasgos que los distinguen. Brasil es en definitiva un país de gran riqueza folclórica, de profundas tradiciones y de gente que, a pesar de todo, siempre sonríe.
En primer lugar, encontramos la Capoeira, un arte marcial realizada por los negros esclavos africanos que Brasil ha incorporado como propia.
Otra de las grandes costumbres y tradiciones de Brasil tiene que ver con los deportes, más específicamente, el fútbol. Allí, este deporte es una verdadera pasión. De hecho, varios de los mejores futbolistas de la historia son brasileiros, como Pelé, y es el país que más veces ha salido campeón del mundo. No podemos olvidarnos del famoso carnaval de Rio de Janeiro. En este país, el carnaval es una celebración que se vive como una fiesta nacional en la que todos bailan al ritmo de las escolas do samba. Durante esos días, miles de personas se reúnen al lado del sambódromo para observar el desfile de los coloridos e inmensos carros alegóricos junto a los músicos, bailarines y vedettes.
La samba es un estilo musical muy popular en Brasil, que vino con los pueblos bantúes que llegaron desde el Africa, y recibió también la influencia portuguesa. Se trata de un ritmo fuerte, que utiliza instrumentos de percusión y tiene un ritmo muy contagioso. Se ha convertido en un género musical tan importante en Brasil que ha dado lugar a otros nuevos, como la bossa nova.
Su Folia de Reis (fiesta de reyes) es famosa por los divertidas de las calles durante este tiempo.
Otra de las celebraciones que se realizan en Brasil son las Cavalhadas, torneos a caballo en los que los participante muestran sus habilidades sobre los cuadrúpedos.
En cuanto a sus celebraciones de tipo religioso podemos recordar especialmente la de lemanjá, diosa del mar, cuya festividad se realiza en el mes de diciembre con ofrendas al mar.
Los brasileños son amantes del aceite de palma, del que hacen uso en casi todos sus platos típicos, dándole a sus potajes una consistencia grasosa pero húmeda.
Sus restaurantes tienen dos principales tendencias: las churrasquerías que ofrecen abundantes carnes en brocheta, que se van pasando en líneas; y los restaurantes “al peso” que son básicamente buffets donde la gente puede pasar y tomar cuanto desee.
Al llegar no te sorprendas si la gente te trata de manera muy efusiva, los brasileños suelen abrazar, dar palmadas en los hombros y mostrarse muy comunicativa, aunque no te conozcan. Son personas muy amables.
Muito bem.
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