jueves, 9 de junio de 2011

A disfrutar del champagne!

El champán del francés, champagne, es un tipo de vino espumoso elaborado conforme al método champenoise en la región de Champaña, Francia. Se trata generalmente de un vino blanco, aunque también existe el champán rosado, que se elabora a partir de varios tipos de uva, la mayor parte tintas.
Su consumo se asocia a celebraciones y es habitual descorchar una botella de gran formato durante la entrega de trofeos en las carreras de coches o motos. También ha sido tradicional estrellar una botella de champán contra el casco del barco en su botadura.

El nombre viene de la región de Champaña, en el noroeste de Francia, aunque ya era conocido por los romanos. En el siglo XV ya era conocido por este nombre en París, aunque no en su región de origen donde el término champagne designaba tierras baldías.
Durante el siglo XVII se populariza el consumo de estos vinos en las cortes inglesa y francesa gracias al impulso de algunas familias de esta región. Hacia 1660 se comienza a embotellar poco antes de terminar la primera fermentación, a fin de conservar mejor sus aromas, pero a consecuencia de ello aparecen las burbujas, sobre todo en los vinos pálidos, de baja graduación y embotellados en el equinoccio de primavera. Esta efervescencia fue una fuente de preocupaciones para los productores que lo denominaron "vino del diablo" y "salta-tapones", por las botellas estalladas y los tapones que saltaban. Si no llega a ser por la popularidad que este vino burbujeante tuvo en Inglaterra, se hubiera abandonado esta forma de producción.
En 1670 el monje don Pérignon, de la abadía benedictina de Hautvillers, introdujo una serie de cambios, tales como la selección de la uva, el corcho cónico sujeto con una grapa metálica y las botellas de vidrio más grueso. A pesar de los muchos esfuerzos del monje el origen de las burbujas continuó siendo un misterio hasta que Louis Pasteur estudiase la fermentación en el siglo XIX.

Hay evidencias de que la primera firma de champán la fundó Nicolas Ruinart en 1729 en Épernay: maison Ruinart.
El champán tiene algunas peculiaridades con respecto a otros vinos franceses:

la vendimia se hace a mano, estando prohibida la vendimia mecanizada, porque se considera esencial que las uvas lleguen en perfecto estado a la prensa. De hecho el champán es un vino blanco hecho en su mayor parte con uvas tintas (la pinot), por lo que no conviene que se rompa la baya o que el jugo entre en contacto con la piel.

la combinación de distintos tipos de uva, de vinos (dentro de la región) y de añadas es la norma, con el fin de asegurar una uniformidad en las cualidades enológicas y organolépticas. Se permite indicar la añada (aunque no es obligatorio) cuando sólo se mezclan vinos del mismo año, cosa que sólo sucede con los de alta calidad.

es un vino espumoso que se mantiene a presión en la botella mediante un tapón de forma de zeta, por contraposición a los tapones cilíndricos, que se sujeta mediante una cápsula y un bozal de alambre. Al abrir la botella el tapón tiende a saltar y el champan tiende a hacer espuma, lo que hace que sea difícil de servir.

es el único tipo de vino rosado en el que se permite mezclar vino blanco y tinto, si bien el champán rosado se puede obtener también dejando que se coloree ligeramente el mosto de vino tinto con sus hollejos.

Según los investigadores del Reino Unido, la recomendación de beber uno o dos vasos de champán al día, va a significar un mejor funcionamiento de nuestros vasos sanguíneos, lo que a su vez también va a traer efectos muy beneficiosos para nuestro corazón.

En la elaboración del champán se utilizan uvas rojas y blancas compuestas de poli fenoles, los mismos que van a proporcionar el óxido nítrico a los vasos sanguíneos que beneficiarán el estado de la presión arterial, lo que evitaría también la formación y el desarrollo de coágulos en las arterias.

Esta investigación no ha podido aún referirse al hecho de lo que significaría un consumo prolongado y continuo de esta bebida, pero el descubrimiento trae consigo un nuevo y valorado elemento que puede participar en la prevención de una enfermedad tan común y generalizada en estos días.


Contra lo que muchos podríamos suponer, encontramos otra bebida alcohólica que puede proporcionarnos ventajas para una mejor salud, pero, claro está, con las cantidades limitadas en el consumo de este producto, tal como ha ocurrido con el vino por ejemplo.

Así que a partir de ahora, y cada vez que nos encontremos con una copa de champán en la mano, tendremos una razón más para brindar, por la vida y la salud.

Casandra Hernández 1 C






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